
26 Mar El vehículo eléctrico y su necesaria infraestructura – red eléctrica y puntos de carga
El vehículo eléctrico y su necesaria infraestructura – red eléctrica y puntos de carga . El despliegue del vehículo eléctrico va de la mano con el desarrollo de su necesaria infraestructura, es decir capacidad en la red eléctrica a la que estos miles, millones de vehículos eléctricos se conectaran para recargar sus baterías en los también imprescindibles puntos de carga. Desde Verdia Legal os queremos dar unas breves pinceladas en estos aspectos.
La expansión de la generación de electricidad con fuentes de energía renovables junto con el despliegue significativo de vehículos eléctricos (VE), son requisitos necesarios para alcanzar los objetivos europeos y nacionales de descarbonización y sostenibilidad.
El sector del transporte es responsable de aproximadamente la cuarta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero en la Unión Europea, ocupando la segunda posición – por detrás del sector energético- en cuanto a mayores emisiones. En España, el transporte es el sector más emisor y supone el 29% (2019) de las emisiones de CO2.
Es por ello que, un objetivo fundamental de la Comisión Europea avalado por el Pacto Verde de la Energía (“European Green Deal”), es el de substituir los vehículos a base de combustibles fósiles por vehículos eléctricos, siempre y cuando exista suficiente capacidad disponible para ello en las redes de transporte y distribución de electricidad.
El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC 2021-2030), prevé que en el año 2030, el 28% del transporte terrestre se realice por medio de la electrificación, lo que supondría una flota de 5 millones de vehículos eléctricos para entonces, frente a los actuales 35.000 – 50.000 contabilizados en el año 2020 (según las distintas fuentes que arrojan una diversidad de cifras). Esta cifra aumenta hasta 100.000 si añadimos los híbridos enchufables.
Cuando hablamos de vehículo eléctrico, no podemos olvidar la necesidad de contar con una estructura extensa de puntos de recarga robusta y en buen funcionamiento. Vale la pena destacar que España cuenta con casi algo menos de 8.000 puntos de carga, aproximadamente 0,8 puntos de recarga por cada 100 kilómetros, cifra que está muy por debajo de la de nuestra vecina Francia (2,3) de la de Holanda (28) o Alemania (11,9). Según cálculos de Anfac [1] para 2,5 millones de vehículos eléctricos se necesitarían 200.000 puntos de carga en España. Es cierto que se observa un crecimiento importante tanto en el número de vehículos como de puntos de carga, si bien es mucho el camino que nos queda por recorrer para alcanzar los ambiciosos objetivos que recoge el PNIEC. A más corto plazo, el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia prevé el despliegue de 100.000 puntos de recarga en los próximos dos años.
Cuando hablamos de vehículo eléctrico no podemos olvidar el importante rol de la red de distribución de electricidad, que es responsable de proporcionar una conexión segura y resiliente. Es necesario pues, planificar y analizar el impacto que un despliegue significativo del vehículo eléctrico puede tener en nuestra red eléctrica y, para ello hablamos de la capacidad de la red (kW) como parámetro clave y no así de la energía consumida (kWh). Dicho de otro modo, un alto número de coches eléctricos cargando simultáneamente a la misma hora podría tensionar la capacidad de la red eléctrica hasta el límite, haciendo peligrar su estabilidad. Esta situación podría ocurrir también incluso con un umbral bajo de penetración de vehículo eléctrico, pero con una acumulación geográfica importante de puntos de recarga en un mismo punto de la red. Es decir, un aumento significativo del número de puntos de carga, posiblemente hará necesario reforzar la red eléctrica de distribución, además de la introducción de soluciones inteligentes que minimicen dicho impacto, haciendo posible que los usuarios de vehículo eléctricos puedan cargarlos en función de sus necesidades sin poner en peligro la seguridad de la red.
A su vez el coche eléctrico es una unidad de “almacenamiento móvil” (“batería con ruedas”) que puede contribuir a dotar de flexibilidad al sistema eléctrico, además de la capacidad que brinda a los usuarios de gestionar por sí mismos o a través de terceros (agregadores) la demanda de energía, como por ejemplo realizando la carga cuando los precios de la electricidad son más bajos, lo que permitirá aplanar la curva de demanda.
Por último, destacar que aún hoy las barreras económicas para el desarrollo de la infraestructura de recarga son importantes lo que comporta una falta de inversiones suficientes en este sector. Dos son básicamente los motivos en nuestro país y en muchos otros del entorno europeo: los altos costes de inversión y los ratios de utilización aún hoy bajos. A ello se añade el hecho de que los precios de los vehículos a base de combustibles fósiles son todavía mucho más asequibles para el ciudadano medio que el de los eléctricos. Son cada vez más los países que están introduciendo incentivos económicos y fiscales para conseguir el despegue de la movilidad eléctrica.
Desde Verdia Legal ofrecemos asesoramiento jurídico a empresas públicas y privadas interesadas en el despliegue de infraestructura de recarga de vehículos eléctricos y a empresas o particulares que instalan y/o prestan servicios a los puntos de recarga.
Abogado y Socio Director Verdia Legal
[1] Asociación española de fabricantes de automóviles